Organizan la jornada 'Toma tu espacio de cultura'
Músicos de Euskadi se movilizan contra la normativa que limita los conciertos en bares
La plataforma Arteak Ireki, creada por músicos y hosteleros de Euskadi, intervino el pasado 11 de marzo en la Comisión de Cultura, Euskera y Deporte del Parlamento de Vitoria para mostrar su oposición al reglamento que desarrolla la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, que limita el número de actuaciones musicales en directo.
El Gobierno Vasco ha limitado a un máximo de doce al año los conciertos que se podrán organizar en bares y establecimientos hoteleros sin licencia para ello. El nuevo reglamento de espectáculos públicos y actividades recreativas fue aprobado el pasado mes de febrero. En él se asegura literalmente que la organización de estas actividades en dichos establecimientos no deberá implicar “habitualidad, reiteración o periodicidad”.
Y el texto añade: “Se considera que implican habitualidad las celebraciones que superan el máximo de doce anuales, sin que, en ningún caso, se puedan autorizar más de dos en un mismo mes”. Quienes organicen más de doce conciertos o eventos anuales deberán modificar o ampliar su licencia de actividad, lo que implica mayores exigencias en materia de seguridad, aislamiento y control.
Por todo ello, un grupo de artistas y hosteleros han constituido la plataforma Arteak Ireki, una de cuyas primeras iniciativas fue presentar un manifiesto que ya acredita varios miles de firmas. Tras varias adhesiones de artistas a través redes sociales, Arteak Ireki ofreció su primera rueda de prensa a pocos metros del Parlamento Vasco, acompañada de una actuación colectiva para dejar claro un mensaje: “Seguiremos cantando, bailando, tocando y actuando. No nos vamos a casa”.
Asimismo, el día 23 de marzo tuvo lugar una jornada reivindicativa con el lema ‘Toma tu espacio de cultura’, que según sus convocantes «sirvió para demostrar que afecta a mucha gente y mucha gente está preocupada». En cualquier caso, desde la plataforma aseguran que están dispuestos a «seguir dialogando», aunque reconocen que consideran «línea roja» la «imposición de una cifra de conciertos al mes» para quienes carezcan de licencia específica. Denuncian que este límite provoca «un conflicto de intereses entre los locales con licencia y los que no pueden permitirse las costosas reformas exigidas para obtenerla».
Protestas en la calle
Los artistas y hosteleros unidos en la plataforma Arteak Ireki se concentraron en el banco de Wynton Marsalis en Vitoria, donde cantaron la canción ‘Kulturaren kontrako erasorik ez!’. “Nos hemos unido frente al decretazo del Gobierno Vasco (en realidad es un Reglamento) que pretende recortar las actividades y actuaciones recreativas. Nos une la defensa de nuestros puestos de trabajo, la dignificación de los agentes generadores de cultura y la inquietud de una sociedad que ve como la cultura, su cultura, está siendo atacada sin justificación”, afirman.
Los artistas también denuncian que “este decreto es un ataque directo a la economía del pequeño comercio, de los bares. Por lo general las actuaciones son de entrada gratuita y los hosteleros ven en ellas un pequeño, aunque importante aporte económico, a una situación ya de por sí complicada en ese aspecto”. Los convocantes han insistido en que la limitación “alcanza a espectáculos y actividades recreativas sin especificar nada, por lo que afectará no solo a conciertos o actuaciones musicales, sino también a teatros, bertsolaris, sesiones de DJ, exposiciones… incluso llegan a recortar los coros que actúan en los pórticos de las iglesias”.
Los músicos igualmente han insistido en que parte del nuevo Reglamento tiene algunas cuestiones en las que sí están a favor: “No criticamos que se regulen los horarios y que se tenga en cuenta la conciliación vecinal, nosotros también somos vecinos. Tampoco criticamos que se regulen determinadas cuestiones relativas a los porteros o seguridad, así como todo lo relacionado con la venta de entradas. No lo ponemos en cuestión. Pero, ¿qué tiene que ver todo ello con la cantidad de actuaciones en directo que se puedan realizar?”.
“Todos, desde Evaristo a Benito Lertxundi, desde La Oreja de Van Gogh a Berri Txarrak, desde Jon Maia a Gorka Aginagalde, desde Kepa Junkera o Ramón Aguirre, todos empezaron actuando en bares. Si es por el Gobierno Vasco, los Beatles no habrían existido, puesto que como todo el mundo sabe, ellos también empezaron en un bar”, concluyen.
Crear una nueva categoría de Espacios de Cultura
La plataforma apuesta por “crear una nueva categoría de Espacios de Cultura para proteger estos espacios marcadamente culturales de pequeño aforo, siempre garantizando la convivencia vecinal”. También lamentan que, mientras el Ayuntamiento de Barcelona está legislando para promover los espectáculos en vivo con un mínimo de 40 conciertos al año, el Gobierno Vasco esta en las antípodas de lo que viene siendo una sociedad cosmopolita, moderna, progresista y europea.
Muchos grupos locales actúan y se dan a conocer en estos establecimientos. “Los conciertos suelen ser gratuitos y no somos la MTV”, denuncian desde la asociación cultural Orbain, cuya postura es clara: “¿Se imaginan un decreto así en países como Irlanda?». Y denuncian: «La limitación alcanza a espectáculos y actividades recreativas sin que se especifique nada. ¿Que se considera espectáculo? ¿una solista? ¿un teatro? ¿DJs? ¿una exposición es una actividad recreativa? Es un ataque al pequeño comercio, bares, a su economía y al turismo”. En realidad, según está redactado el reglamento, incluso una exposición se podría considerar un evento incluido en esta limitación.
Rocío Vílchez es una cantautora que también acumula experiencia actuando en bares: “Yo creo que en una ciudad como Vitoria, tan progresista, en la que el arte se vive de una forma tan visceral, especialmente la música… sería un atraso limitar a los negocios que ofrecen su espacio a la música”. Rocío cree que “la música es una manera de unir a las personas y de alguna manera eludir los problemas o agobios del día a día. Los conciertos de los bares son una forma de dar luz a todos los artistas que trabajan durante todo el año para poder expresarse a través de la música, y la música es una de las formas más bonitas de hacer que dos corazones puedan latir al mismo tiempo…”, asegura.
Endika, de Gasteiz Hardcore Crew, ve “esta forma de represión hacia la música” como “una más de las decisiones que toman para alejarnos de la cultura. Nos quieren idiotizadas y sin criterio y no lo van a conseguir”. Javi, de No Regret y El Arrabal, lo ve un “atropello, una vergüenza que hace que todas perdamos“.
Para The Faithless es “una patada a la vida cultural de nuestra ciudad en toda la regla”. Este grupo incide también en que “no había prácticamente ninguna queja de la ciudadanía por estas actividades”. “Demuestra una vez más la falta de empatía y interés que tienen nuestros políticos por la cultura”.
Iñaki, de Sumision City Blues, ve este reglamento como un “decretazo y un ataque frontal contra la cultura popular”. E incide también en la comparación entre la cultura local y los grandes festivales: “Niega el trabajo y futuro al colectivo de artistas locales mientras destina auténticas millonadas a centros comerciales del Rock, como ARF o BBK Live, únicamente aptos para bolsillos pudientes”. E insiste en que el derecho al descanso de los vecinos es “una excusa”: «En los últimos meses el Ayuntamiento no ha sabido explicar ni enumerar las quejas recibidas por molestias de música en directo. Cuando han sido preguntados por este asunto, la respuesta siempre se ha dirigido a las quejas generales por ruido, ya sea música grabada o directos».
Desde Childrain Iñi se muestra a favor de que se regularice “para que no haya problemas vecinales, pero limitarlos de esa manera hace flaco favor a la cultura de la ciudad”. Childrain cree que lo más sensato sería “poner unos horarios adecuados para el bienestar de todos. Nunca limitarlos en número, porque enriquecen la vida cultural de la ciudad”. Andoni (The Gratix) urge a “potenciar y mantener la cultura musical que tenemos en nuestra ciudad, que es mucha y variada, así como atraer artistas de fuera a venir a actuar aquí”. Insiste también en que “poder disfrutar en directo de bandas no muy conocidas pero de alta calidad es, o debería ser, parte del ADN de Vitoria-Gasteiz”.