Joana Serrat

"Cross The Verge” (El Segell del Primavera, 2016) es la segunda referencia de Joana Serrat en dos años, pero su camino es como la teoría del iceberg de Hemingway: la dignidad de su movimiento se debe a que sólo una pequeña parte de su cuerpo se deja ver sobre el agua. El nuevo disco de la catalana, el remate visible de toda su trayectoria, repite nombres y lugares que ya frecuentó con fortuna en “Dear Great Canyon”, su anterior trabajo; el productor Howard Bilerman (Arcade Fire, Vic Chesnutt), los músicos Gavin Gardiner (The Wooden Sky) y Toni Serrat, y el estudio analógico del primero, Hotel2tango, son las claves en el no cambiar nada para que todo cambie del nuevo disco. Todo en “Cross The Verge” hace pensar en un paso adelante natural. A primera vista, es el registro de músicos que han colaborado en la confección del disco lo que confirma la altura del camino recorrido. Con Neil Halstead (Slowdive, Mojave 3) y Ryan Boldt (The Deep Dark Woods), Joana Serrat actualiza la fantástica tradición de duetos de acervo norteamericano desde posiciones antagonistas: calidez pop en ‘Cloudy Heart’ y americana tenebroso en ‘Black Lake’, respectivamente. Aaron Goldstein (Daniel Romano & The Trilliums) y Patrick Latreille (Sea Oleena) completan una formación cuya guinda es la maravillosa Basia Bulat. El excelente desarrollo de “Cross The Verge”, sólido y sin un paso en falso, es propio de la madurez que ya atesora Joana Serrat, y que la sitúa en la vanguardia de un sonido que ha sabido convertir en propio a base de personalidad; eso explica, entre otros hitos, su reciente incorporación al sello londinense Loose Music, la más prestigiosa discográfica europea especializada en folk y americana, con quien editará este trabajo en el resto de Europa. El nuevo paso de Joana Serrat hacia lo desconocido es, desde el riesgo, un precioso tributo a la asunción de la pérdida y la aceptación de lo incierto.