Los creadores lo celebran
El Supremo de Suecia falla que hay que gravar los iPhone con canon digital
El Tribunal Supremo de Suecia ordena que a los iPhone se les aplique plenamente la legislación sobre copia privada. El fallo es un avance muy importante para autores, artistas, editores y productores suecos, que a partir de ahora recibirán la compensación equitativa.
“El veredicto se esperaba pero igualmente es bienvenido. Muchos creadores culturales están felices hoy, después de llevar años esperando a ser compensados por Apple, que se negó a pagar y debió ser demandada”, explica Mattias Åkerlind, CEO de Copyswede.
Copyswede, la organización que gestiona la copia privada para la comunidad creativa sueca, ha anunciado que “está preparada para seguir adelante y negociar con la industria de la electrónica para acordar una compensación razonable”.
“Ha sido un proceso largo con varias decisiones judiciales. Esta sentencia da por fin un mensaje claro de que la legislación incluye a los dispositivos funcionales entre los sujetos a compensar por la copia privada. El veredicto demuestra que la ley es moderna y clara, que da a los creadores el derecho a una indemnización aun cuando la tecnología cambia. Porque eso es exactamente lo que querían los legisladores”, continúa Mattias Åkerlind.
Esta noticia se suma a la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que aclara que no se puede financiar el canon por copia privada con cargo a los presupuestos generales del Estado por ser incompatible con la legislación comunitaria.
Copyswede tiene la esperanza de que la decisión va a establecer un nuevo comienzo en las relaciones con las industrias TIC respecto al sistema de la copia privada: “Esperamos que los esfuerzos conjuntos para desarrollar la cooperación puedan comenzar durante este año 2016, y por lo tanto invitamos a estas empresas y sus organizaciones al diálogo y las negociaciones a fin de consensuar lo antes posible un sistema de copia privada equilibrado y justo para los ciudadanos, las empresas y los titulares de derechos de propiedad intelectual”, concluye Mattias Åkerlind.