Consejos del NIOSH estadounidense (*)
Cómo reducir el riesgo de trastornos auditivos entre los músicos
Los músicos y otros profesionales de la industria de la música están en riesgo de desarrollar pérdida auditiva permanente (tinnitus, zumbido en los oídos) y otros trastornos auditivos, debido a la exposición a los sonidos fuertes. El Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) de Estados Unidos ha examinado los riesgos asociados con la exposición a la música y brinda recomendaciones a los artistas para que puedan proteger su audición.
En Estados Unidos existen estándares y regulaciones laborales para proteger a los trabajadores contra los efectos en la salud de la exposición a sustancias y agentes peligrosos cuando ciertos valores (o límites) son alcanzados. El NIOSH establece los límites de exposición recomendados (REL, por sus siglas en inglés) para diversos riesgos sobre la base del mejor análisis científico y práctica disponibles.
El REL establecido por el NIOSH para el sonido es de 85 decibelios, utilizando la respuesta de frecuencia de ponderación A (a menudo escrita como dB (A) o dBA) durante un promedio de 8 horas, generalmente conocido como promedio ponderado en el tiempo (TWA). Se cree que la ponderación A de los niveles de sonido proporciona un rating que indica los efectos perjudiciales del sonido en el oído humano. Las exposiciones iguales o por encima de este nivel se consideran peligrosas, según el informe publicado por el NIOSH en 1998, hace ya veinte años.
El REL del NIOSH fue desarrollado para evaluar el riesgo de pérdida de audición entre trabajadores industriales expuestos al sonido constante de banda ancha durante turnos de trabajo de 8 horas durante un período de vida laboral de hasta 40 años y, por lo tanto, puede no ser completamente aplicable para evaluar el riesgo de músicos y otros profesionales de la música que tienen exposiciones de sonido irregulares e impredecibles. Los horarios de trabajo de los músicos varían considerablemente: normalmente tocan menos de 4 horas por día, y algunas veces sólo 2 o 3 sesiones por semana.
El REL especifica una dosis de sonido diaria máxima permitida, expresada en porcentajes. La dosis de sonido se basa en el nivel de exposición al mismo y su duración, por lo que por cada aumento de 3 dB en los niveles de exposición la duración debe reducirse a la mitad (lo que se denomina ‘tasas de cambio en los estándares’). Por ejemplo, una persona expuesta a niveles de sonido promedio de 85 dBA alcanzará el 100 % de su dosis diaria de sonido durante su típico turno de trabajo de 8 horas, pero para un músico que está practicando o tocando unos 60 minutos al día, este alcanzará su dosis diaria máxima de 100 % solo si los niveles de sonido promedian alrededor de 94 dBA. La relación entre la duración de la exposición y los niveles se muestra en esta tabla:
Descripción del riesgo
La pérdida de audición es una de las enfermedades más comunes relacionadas con el trabajo en los Estados Unidos. El NIOSH estima que 22 millones de trabajadores estadounidenses se encuentran con exposiciones de sonido lo suficientemente fuertes como para ser peligrosas. La Asociación Americana de Tinnitus estima que 50 millones de estadounidenses sufren de tinnitus prolongado. En 2012, la Oficina de Estadísticas del Trabajo estimó que 167.400 personas trabajaban como músicos y cantantes, y 77.600 como directores de música y compositores (no hay datos más recientes).
Para los músicos profesionales, la pérdida de audición o el tinnitus pueden afectar significativamente no solo su comunicación y calidad de vida, sino también su carrera y capacidad para obtener o mantener un trabajo. Aunque estas líneas están dirigidas a músicos profesionales (miembros de una orquesta o una banda, o profesores de música), muchas de sus recomendaciones también son útiles para un amplio abanico de profesionales de la industria de la música, como ingenieros de audio, productores, personal del backstage, estudiantes de música y disc jockeys de discoteca.
Los músicos profesionales trabajan y tocan en una gran variedad de lugares que van desde grandes salas de música, teatros y cosos taurinos a clubes más pequeños y salas de música de una escuela o una universidad. Los músicos a menudo descuidan las prácticas de seguridad y salud en el trabajo. La pérdida de audición inducida por la música ocurre lentamente y durante un largo período de tiempo, y la mayoría de los músicos no buscan ayuda hasta que comienzan a experimentar síntomas secundarios como tinnitus (zumbido o zumbido en los oídos), distorsión de los sonidos, diplacusia (oir las mismas notas en diferentes tonos) e hiperacusia (sensibilidad extrema a los sonidos diarios), como detalla el estudio de Michael Santucci publicado en 2010.
Además, las consecuencias negativas para la salud están asociadas con la producción de altos niveles de sonido musical. Los músicos tienen un mayor riesgo de problemas de salud tanto musculoesqueléticos como vocales cuando producen altos niveles de sonido en instrumentos musicales como el piano, la trompeta, la guitarra o la batería. El aumento de las exigencias biomecánicas, ya sea en las manos, la embocadura o las cuerdas vocales, eleva los riesgos de problemas de salud del trabajo como tendinitis, túnel carpiano, ruptura de músculos faciales y mal funcionamiento de las cuerdas vocales [Hoppmann, 2010].
Descripción de la exposición
Las mediciones de los niveles de sonido en el escenario de los conciertos de rock van desde 105-120 dB SPL (90 – 110 dBA) [Speaks et al., 1970]. Un estudio de los niveles de exposición de sonido entre los miembros de una orquesta durante los ensayos individuales o grupales y durante las actuaciones en vivo mostró niveles de sonido que alcanzaron hasta 100 dBA. Los niveles más altos de exposición de sonido entre los miembros de la orquesta se encontraron en percusionistas, 95 dBA; intérpretes de flautín, 95 dBA; e intérpretes de metal, 92-94 dBA [Laitinen et al., 2003].
Un estudio de la exposición al sonido asociado con las bandas de música encontró niveles de sonido promedio de 95-122 dBA para los bombos, 106-118 dBA para los platillos, y 95-113 dBA para los tambores [Keefe et al. 2004].
Los estudios de la exposición al sonido durante las actuaciones y ensayos de una banda de viento encontraron niveles promedio de bandas de concierto y sinfónicas de 89-90 dBA [Chesky 2010], en las que el 52 % de los sujetos tenía una dosis diaria de sonido que excedía la NIOSH REL [Stewart, 2009]. Un cuestionario del estudio de Stewart encontró que el uso de la protección auditiva es casi inexistente durante las «actividades instrumentales». Incluso los empleados de los bares musicales y salas de conciertos corren el riesgo de desarrollar pérdida de audición; los niveles de sonido promedio en ocho locales de música diferentes durante las actuaciones variaron de 95 a 107 dBA [Gunderson et al., 1998].
Aunque se están logrando grandes avances en la investigación sobre la pérdida auditiva inducida por la música, los esfuerzos generales de conservación de la audición han sido mínimos y se han dejado a la iniciativa individual. Unos pocos países (Australia, Reino Unido, Suiza, Italia, Austria, Finlandia y Suecia) tienen recomendaciones específicas para los límites de exposición a la música o el sonido en la industria del entretenimiento. Dos excelentes recursos son el Control del sonido en la industria del entretenimiento musical de la Comisión Worksafe de Australia Occidental y el Control del sonido en el trabajo en el sector de la música y el entretenimiento del Ejecutivo de Salud y Seguridad del Reino Unido.
Investigación del NIOSH
El NIOSH realizó una evaluación de los riesgos para la salud durante las clases de música de una escuela de primaria y secundaria y los ensayos de una banda de marcha [NIOSH, 2012]. La instrucción y los ensayos de música tuvieron lugar en una sala de ensayo de la banda y en una cafetería. Los investigadores del NIOSH midieron la exposicón al sonido del personal docente usando un dosímetro de sonido.
Los investigadores midieron los niveles de sonido en toda la sala y en las diferentes áreas de la cafetería. Los niveles de sonido durante la mayoría de los ensayos de la banda oscilaron entre 91-97 dBA y excedieron los 100 dBA en numerosas ocasiones. La exposición personal del director de la banda en 6 clases y ensayos diferentes (228 minutos) fue de 92 dBA (TWA), con una dosis del 461 % (ambos muy por encima del NIOSH REL). Los niveles de sonido en la sala durante la mayoría de los ensayos fueron mucho mayores que en la cafetería, principalmente porque la cafetería era más grande y tenía techos más altos.
Las recomendaciones del NIOSH incluyen tratar las habitaciones con materiales acústicos absorbentes; proporcionar el espacio apropiado para la práctica en función del número de estudiantes; mejorar la conciencia de los profesores y estudiantes sobre el riesgo de desarrollar pérdida de audición inducida por sonido; aumentar las distancias entre los estudiantes y los directores de banda; reducir los niveles de sonido durante los ensayos, si es factible; tomar descansos en áreas tranquilas; y proporcionar a los profesores y estudiantes tapones para los oídos de músicos hechos a medida.
El NIOSH recomienda establecer programas de prevención y conservación para todos los lugares de trabajo con niveles de sonido que excedan el REL de 85 dBA. Sin embargo, debido a que la música es parte del trabajo de los músicos y es el resultado directo de acciones deliberadas y deseadas, las intervenciones efectivas deben ser conductuales y deben basarse principalmente en la conciencia, el conocimiento, la competencia y la responsabilidad de quienes producen sonidos musicales.
Recomendaciones a empresarios de salas y docentes
Por todo ello, los empleadores, operadores de sitios de música, escuelas y universidades, y cualquier persona responsable de las actividades relacionadas con la música deberían tener muy presentes las siguientes recomendaciones:
1. Eduque a los músicos y a los profesionales de la industria sobre la importancia de usar mayores distancias entre los individuos y la disposición de los instrumentos para reducir la exposición general al sonido durante los ensayos y las actuaciones. Para recomendaciones más específicas, consultar el informe publicado por Marshall Chasin en 2010.
2. Desarrolle un programa de conservación de la audición que incluya pruebas anuales con audímetro y capacitación sobre la protección de la audición de los músicos.
3. Aliente la participación en campañas de educación y concienciación sobre la pérdida de audición inducida por la música.
4. Dado que los niveles de música varían mucho de un ensayo o actuación a otro, realice evaluaciones regulares del nivel de sonido en un lugar de referencia y establezca un promedio y un rango de niveles de música durante los ensayos y las interpretaciones. Lo ideal sería llevar a cabo un seguimiento de la exposición de los artistas intérpretes o ejecutantes y otros profesionales o personal del local expuestos. Las evaluaciones deberían ser realizadas, cuando sea factible, por un experto industrial certificado o un especialista en seguridad y salud ocupacional.
5. Si las evaluaciones del nivel de sonido muestran niveles elevados (que exceden continuamente el límite de 85 dBA del NIOSH), considere reducir la cantidad de tiempo que los músicos y otros profesionales o personal del local están expuestos, ofreciéndoles rotación o descansos frecuentes en áreas silenciosas.
6. Trabaje con los músicos y los trabajadores afectados para identificar soluciones de protección auditiva que funcionen mejor para el individuo. Existe una gran variedad de opciones de protección auditiva: desde tapones de espuma de bajo coste hasta productos más caros diseñados específicamente para músicos profesionales y otros artistas.
Aunque se necesitan más estudios para verificar la eficacia de las soluciones de control del sonido para los espacios de trabajo de los músicos, puede ser muy útil consultar con arquitectos, acústicos e ingenieros de sonido para crear el espacio de trabajo musical más deseado y más efectivo. Si el espacio de trabajo para los músicos o el personal es muy reverberante, trate ciertas secciones de paredes y techos con material absorbente de sonido para reducir el tiempo de reverberación. Los techos más altos también ayudan a reducir la reverberación de los instrumentos de alta energía, como los instrumentos de metal y de percusión. Para ensayo y práctica, considere usar salas de tamaño apropiado para la cantidad de músicos. La colocación, el espaciado y el uso de cerramientos pueden ayudar a reducir los niveles generales de sonido de ciertos instrumentos. Si las salas o los lugares tienen superficies reflectantes duras, coloque los instrumentos y los altavoces alejando el sonido de los músicos.
Recomendaciones a artistas, intérpretes o ejecutantes
Por otro lado, los músicos y trabajadores de la industria de la música deben tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
1. Cuando sea posible, toque música a niveles más bajos durante los ensayos individuales y grupales. Si en una actuación en directo utiliza altavoces amplificados, trabaje con el ingeniero de sonido para ajustar el volumen a niveles aceptables.
2. Si usa monitores en el oído (IEM) para escuchar voces e instrumentos escénicos, trabaje con su ingeniero de sonido y audiólogo para reducir la emisión de sonido a niveles viables, especialmente durante la práctica y los ensayos.
3. Use protección para los oídos cuando sea apropiado y pregúntele a su empleador o audiólogo acerca de cómo obtener los tapones para los oídos que mejor funcionen para su entorno.
4. Haga que su audición sea evaluada anualmente por un audiólogo experimentado que entienda las exposiciones al sonido en la industria de la música.
5. Siempre tenga en cuenta su nivel de exposición al sonido. Una forma fácil y práctica es usar su smartphone y una aplicación de medición de sonido (existen muchas disponibles tanto para iOS como para Android).
6. Deje descansar a sus oídos; los oídos generalmente necesitan aproximadamente dieciocho horas de silencio después de la exposición a sonidos fuertes para volver a la audición normal. Aproveche los descansos (en áreas silenciosas) siempre que sea posible.
(*) Este artículo es una traducción al español del documento publicado por el NIOSH en junio de 2015. Puedes consultar o descargar el original (PDF) haciendo clic aquí.