Júlia Colom

La primera canción que aprendió Júlia Colom (Valldemossa, 1997), a la pronta edad de siete años, fue “El Cant de la Sibil·la”. Este canto ancestral ha perdurado durante siglos en Mallorca, transmitiéndose de generación en generación. Ella, en concreto, lo aprendió de su abuelo, quien logró contagiarle su amor por el canto, especialmente aquel que se transmite de manera oral, y a quien le une una gran conexión personal y artística.

A los 18 años, Colom parte hacia Barcelona para estudiar la carrera de canto. Durante esta etapa, profundiza en sus conocimientos de improvisación jazzística, composición y producción. En paralelo, recorre Mallorca conociendo a diferentes personalidades del mundo rural que aún recuerdan tonadas populares para aprenderlas y ampliar su imaginario musical.

Las composiciones de Júlia Colom son la culminación de tan singular recorrido. La influencia de las “tonades” mallorquinas en su música es incuestionable y forma parte de su ADN musical. Es algo indesligable de su personalidad como compositora, como podemos apreciar en “Miramar” un disco de debut compuesto por piezas de creación propia y otras de origen popular, convirtiéndose así en una celebración de la transmisión oral y de las múltiples vidas que pueden vivir los cantos.