Organización

En mi nombre y en representación del nuevo Consejo de Administración, ema- nado de las Elecciones AIE de diciembre de 2023, doy las gracias a las socias y socios por honrarnos con su confianza y elegirnos para regir, durante cuatro años, esta importante Sociedad de Artistas Intérpretes o Ejecutantes que es AIE. Entramos en un periodo de cambios y transformación de los sistemas, la administración y la defensa de los derechos. Este periodo debe ser de conso- lidación de los valores de los artistas, de la seguridad de las remuneraciones que debemos obtener por la utilización comercial de nuestro trabajo, y de las garantías de la gestión colectiva como mejor sistema de representación y gestión de los derechos de propiedad intelectual.

Con ilusión, entusiasmo y ganas de trabajar, vamos a defen- der los derechos e intentar mejorar las remuneraciones que corresponden, por justicia y merecimiento, a los artistas mu- sicales, y a seguir desarrollando y mejorando la recaudación, el reparto y los sistemas y circuitos de ayudas, apoyo y soste- nimiento de la educación, la asistencia, la cultura y el trabajo de las mujeres y hombres que se dedican a la noble profesión de artistas, ya sean intérpretes o ejecutantes.

AIE, Sociedad de Artistas Intérpretes o Ejecutantes, fue fundada en 1989, por un núcleo de artistas, personas intrépidas y gene- rosas, con el objetivo de representar, defender y desarrollar los derechos morales y económicos de los artistas musicales.

Objetivos importantes para AIE son también: la eficacia, la transparencia, la honestidad y el compromiso. Desde el co- mienzo de esta aventura, nos hemos dedicado a ayudar a artistas y grupos emergentes, y también a promover el re- conocimiento de los talentos ya establecidos, creando las condiciones y circuitos necesarios para mostrar el variado y exuberante talento artístico del que disfrutamos en España.

El arte es un reflejo de la sociedad en la que se desarrolla. España, con su rica historia y diversidad cultural, es un crisol para la expresión artística en todas sus formas. Después de tres décadas de actividad y compromiso, AIE desempeña un papel fundamental en la protección de los derechos de los artistas, la promoción y el desarrollo del arte musical.

La cultura es un bien fundamental para el desarrollo de las personas. Favorece la igualdad entre los individuos, garan- tiza nuestra libertad y es fundamental para la cohesión y la convivencia pacífica de una sociedad basada en el respeto, la tolerancia y la libertad. La música es un elemento esencial de la cultura. La actividad artística de los intérpretes o eje- cutantes hace posible que las obras musicales se conviertan en sonidos y lleguen a los oyentes. Garantizar, promocionar y desarrollar la cultura, y en concreto la música, es una obliga- ción esencial de cada estado y cada nación, de los gobiernos, y de todos nosotros.

Los que hemos aceptado la responsabilidad de representar a los artistas, en cuanto a sus derechos morales e intelectuales, estamos aquí para agitar la conciencia de los poderes públicos y recordarles que la cultura, la creación y la interpretación, no pue- den ser tratadas como bienes tangenciales u ocasionales sino como bienes de primera necesidad. Esto lo venimos reclamando desde hace mucho tiempo, y ya es hora de que se acepte y se plasme en declaraciones oficiales.

La música es un bien de primera necesidad. Este concepto lo hemos propuesto como “axioma” para animar a su conside- ración a los gobiernos y organizaciones internacionales que se ocupan de la denominación y definición de los conceptos en los tratados y acuerdos internacionales que vinculan a los países.

Las reglas del mercado tienen que ayudar a medir la im- portancia de la música, como un bien esencial dentro de la cultura, y un bien económico e integrador de la comunidad. El valor social de la cultura también es un hecho, así como la di- versidad cultural es un elemento esencial para definir nuestra identidad. Éstas razones básicas nos comprometen en AIE.

La ampliación del plazo de protección de los derechos de los artistas en la UE es una cuestión de equidad para los muchos artistas con talento que contribuyen a una Europa emocio- nante y de diversa cultura musical. Cada año, más y más, los artistas intérpretes o ejecutantes pierden sus derechos

cuando sus interpretaciones o las ejecuciones grabadas caen en dominio público. Esto sucede en etapas posteriores de la vida, cuando más se necesitan esos ingresos.

La Directiva aprobada por el Parlamento Europeo en 2019, ofrece medidas de respaldo que garantizan que los artistas intérpretes o ejecutantes se beneficien de ingresos de sus grabaciones du- rante 70 años desde su publicación, sin que ello suponga carga alguna para los consumidores. Sin embargo, en 2024 ya esta- mos en el límite de perder los derechos de icónicas grabaciones, procedentes de los años setenta, década prodigiosa en la que se grabaron las grandes canciones que jalonan el pop y el rock, entre otras modalidades musicales.

Estas grabaciones que contienen canciones interpretadas por artistas, perdurarán sine die, ya que el sistema digital permite irlas trasladando de soporte en soporte sin que pierdan ca- lidad ni vigencia. Estas canciones se siguen programando y producen beneficios para los que las utilizan como parte de su negocio: emisoras de radio, plataformas, medios de comu- nicación, diversos, locales, etc.