MONODRAMA

Hablar de Monodrama supone enfrentarse a un reto. Las espirales mareantes en las que uno cae al entrar en el frondoso jardín de intentar explicar una de las más felices anomalías de la música española reciente ponen de manifiesto lo complicado de definir una banda para la que no contamos con referentes previos en la escena española. Huérfana de significantes para identificarla, la música de Monodrama parece ponernos en la piel de Fausto cuando Mefistófeles le decía «Cuando no tengas ideas, procura inventar palabras»; resulta complicado no ceder a la tentación de caer en neolenguas, academicismos o el abuso de prefijos y anglicismos para intentar establecer unas coordenadas delimitadas por términos confusos y en este caso escapistas como Chillwave, Nu-Jazz, Avant-Garde, Ambient, Postrock, Synthpop, Downbeat o mil formulaciones más para intentar acotar un terreno construido precisamente difuminando las lindes entre estilos, texturas, intenciones, estéticas y lenguajes dentro del cajón desastre de la música instrumental, la improvisación, el Jazz contemporáneo o la electrónica abstracta.

Alberto Brenes (batería, percusiones y diseño sonoro), David Sancho (piano, Rodhes y sintetizadores) y Mauricio Gómez (saxo tenor y teclados); tres músicos madrileños de formación clásica, espíritu disidente y mirada futurista; dan forma a ese interrogante que responde al nombre de Monodrama, a modo de entes independientes unidos por una extraña mente colmena.  Miembros hiperactivos de la escena del Jazz contemporáneo (pueden rastrearlos en La Resistencia Ensemble o junto al pianista Moisés P. Sánchez en su laureado Unbalanced: concerto for ensemble; disco nominado a los Grammy en 2019); la suma inusual de talento y creatividad desplegada por el trío cuando se refugian en ese espacio único y libre que es Monodrama da como resultado una propuesta conectada estética y filosóficamente con el Jazz; pero imbuida de electrónica y experimentación textural; así como de un inconformismo creativo que les coloca en un no-lugar tan personal e inclasificable como apasionante.